Con la participación de profesionales de la Secretaría de Educación, Salud y Desarrollo Social el Concejo de la ciudad abrió el debate sobre la manera como se alimentan los ciudadanos y las consecuencias de una inadecuada alimentación. 

El objetivo de la sesión es hacer un llamado sobre un problema de salud pública como es la obesidad que se acrecienta constantemente; con una visión errónea desde la perspectiva que tienen los ciudadanos, pues muchos consideran que un exceso de alimentos es saludable y que los menores en condiciones de obesidad es sinónimo de buena salud. 

La mal nutrición no es desnutrición; si bien es una catástrofe que existan casos de personas y menores que mueren por falta de una adecuada alimentación, los indicadores demuestran que hoy los colombianos se están muriendo por casos contrarios por una mal nutrición que conlleva a la obesidad y esta a su vez en problemas cardíacos, diabetes, algunos tipos de cáncer, apnea de sueño, infertilidad, entre otros.  

Y es que el exceso de peso está directamente asociado a causas de muerte como enfermedades del sistema circulatorio, seguido de diabetes y enfermedades respiratorios crónicas.  

Según la Secretaría de educación a la fecha hay 217 niños que están en seguimiento especial porque se han identificado ciertos factores de riesgo de desnutrición, situación que está siendo atendida por una nutricionista para presenta otras alternativas en cuanto a los alimentos que se distribuyen en las instituciones educativas. 

La nutricionista Sandra Yulieth Pérez hizo una invitación a evaluar la alimentación diaria, especialmente en menores, con el propósito de prestar atención en el consumo de azúcar, sal y carbohidratos. Culturalmente la alimentación de la región está cargada en carbohidratos (arroz, papa, yuca, plátano, harina, panes, entre otros), fritos y azucares.  

El investigador del programa de Biología Molecular de la Universidad Libre Fernando Siller Doctor en Biología Molecular, presentó un estudio de los productos alimenticios que se venden en el centro de Pereira y encontró que en muchos casos presentan elementos contaminantes y no poseen un manejo adecuado en cuanto a la manipulación de los alimentos.  

En conclusión, manifiesta el especialista, los alimentos que se venden en vía pública en el centro de la ciudad tienen diversos factores de riesgo que suceden dentro de la preparación y la venta de los alimentos y presentan microorganismos que pueden afectar la salud de los consumidores.  

El concejal Pablo Giordanelli manifestó que el Concejo se ha preocupado para que la alimentación en las instituciones educativas sea decente, agradable e idónea. Además preguntó sobre cómo va la capacitación a los vendedores de alimentos callejeros, porque ve con mucha preocupación el informe del investigador de la Universidad Libre. 

El concejal Mauricio Noreña manifestó que presentará un proyecto de acuerdo para enfocar las acciones públicas en torno a enfrentar la obesidad como un problema de salud pública y prevenir esta enfermedad en la comunidad.  

Carolina Giraldo, dijo que hay un indicador que tiene que ver con el peso al nacer y en la evaluación del Plan de Desarrollo hay un alto índice de bebés que nacen con bajo peso. "El tema de la alimentación tiene mucho que ver con lo cultural y por ello el rol del sector educativo es mucho más clave para tener un mejor peso y una mejor salud", sostuvo la concejala. 

Carlos Hernán Muñoz, se refirió al programa de alimentación escolar PAE que atiende a la población más humilde de la ciudad que son los niños escolares de bajos estratos. Preguntó qué controles se ejercen para que las familias beneficiadas estén cumpliendo con el 70% que les corresponde, porque el otro 30% lo aporta el municipio y qué se puede hacer para articular a otras instituciones para que los niños tengan la nutrición debida.